El Real Madrid añadió Dortmund como ciudad conquistada a su larga lista de víctimas como el rey de Europa, rescatando la imagen autoritaria de las Supercopas para superar y dejar tocado al líder de la Bundesliga, un Borussia que cedió al tanto inicial de Bale y un doblete de Cristiano Ronaldo.
La reconocida ciudad de Dortmund estaba marcada en el mapa de la Europa madridista. Numerosas visitas recientes y ni una sola victoria que llevarse a la boca. Los últimos intentos acabaron con dolorosos empates que llegaban cuando la batalla terminaba. En esta ocasión el planteamiento del Borussia con defensa adelantada era una invitación que no podía dejar escapar el ejército de Zidane.
De ninguna manera traicionó sus ideales el conjunto alemán. Directo y vertical, con un inicio a altísima intensidad que hacía vibrar todo el estadio. El Real Madrid se protegió bien, con la figura de Sergio Ramos apareciendo siempre y un despliegue físico encomiable de Carvajal. La consigna de Zidane era clara: trabajar unidos en defensa y con el balón en los pies tocar con rapidez, desgastar a un rival que es puro físico.
Toda la precisión en el pase en profundidad era clave ante los espacios para correr para dos jugadores veloces como Bale y Cristiano. Las ocasiones aparecerían superado el vendaval inicial y fue Carvajal a los nueve minutos el que dispuso de la primera clara. Se vio con todo el campo para correr, recortó con calidad y cuando tenía a Cristiano para marcar a placer, confío en su zurda para chutar pero no superó a Bürki.
Fue entonces cuando perdonaba el Real Madrid pero era un aviso de lo que estaba por llegar. El Dortmund sin miedo pagó su osadía. La misma acción se repetía con Cristiano tras el pase de tiralíneas de Isco. Generoso buscó a Bale para que marcase a puerta vacía y la defensa germana lo evitaba. El duelo de ida y vuelta no daba un respiro. Poco después era Ramos el que salvaba el tanto de Philipp bajo palos. El balón rebotaba en Keylor y golpeaba en manos del capitán sin que el colegiado estimase penalti.