Este martes, el Monseñor Pastor Cuquejo, arzobispo emérito del Arzobispado de Asunción, lanzó una velada crítica a los que pugnarán en internas partidarias. Instó a la juventud a seguir la «buena política» y buscar la justicia.
El sermón de la misa matinal del octavo día del novenario a la Virgen de Caacupé estuvo marcada por un disimulado cuestionamiento al clima electoralista que cierne al país con las internas partidarias.
Motivado a esto, el celebrante de la misa, monseñor Pastor Cuquejo, llamó a los jóvenes a involucrarse en la «buena política» para hacer el bien y promover la justicia.
En la contraparte, sin ofrecer nombres ni precisar a los destinatarios de su crítica, habló de que existen jóvenes que solo «miran hacia la presidencia» o hacia otros cargos públicos.
Llamado de Dios para los jóvenes
«Esta nación es una parte del mundo bendecida con muchísimos jóvenes que miran adelante y forjan un futuro lleno de luz. Pero del mismo modo, hay otros jóvenes que miran en el futuro y no quieren contribuir para nada para ese futuro.
Están los jóvenes que fijan su mirada hacia la Presidencia de la República u otros cargos públicos, algunos están preparados y podrán responder a las necesidades del pueblo. A otros no les importa, solamente les importa lo que ellos van a atraer para sí mismos, van a juntar para sí mismos, para su propia vida», sostuvo el experimentado arzobispo.
Del mismo modo refirió que Dios realizó esta invitación «para que los jóvenes tomen en serio el coste de la justicia»; que todo sea tratado con justicia en virtud a que ella –refirió– es «señal del amor» de Dios.
El Monseñor persuadió a los jóvenes a involucrarse y estudiar la política en vista a que serán ellos los próximos en pugnar por un lugar en la administración pública.
Del mismo modo, exhortó a todos los presentes a no temer a la política que busca el bien común.
«No le tengan temor a esa política que quiere glorificar la imagen del país, que quiere luchar por los pobres todo nuestro territorio. La política que significa implantar la justicia de Dios en nuestro corazón, para que ella salga benéfica para todos», apuntó y dijo que en esta tarea están invitados todos sin excepción.