Por diciembre del año pasado el senado paraguayo discutía un proyecto de ley que no solo abría al Bitcoin la puerta para su legalización, sino que hasta postulaba la posibilidad de abrir la gran capacidad hidroeléctrica del país a la industria de la criptominería. Y es claro que Latinoamérica es uno de los territorios que más rápidamente se está adaptando al nuevo juego de las criptomonedas: también en 2021, hubo un país que instauró al Bitcoin como moneda oficial. “En un mundo en constante evolución, El Salvador ha sido pionero en comprender el potencial actual de las criptomonedas. La suya fue una decisión histórica, que esperamos tenga un efecto dominó en otros países”, explica Ivan Mauricio Diaz Corso, vocero de HYT, una aplicación digital que ya es uno de los ecosistemas más interesantes del panorama cripto.
Con más de 25.000 usuarios y ya aceptada en 11 países de América Latina, HYT es una plataforma que se basa en el token 7UT, y permite la compra de productos y servicios en el día a día del usuario. “Está dirigida a todo el mundo y no solo a expertos en finanzas. Se pueden comprar cosas de todo tipo pagando con 7UT; está destinada a la vida cotidiana”, asegura Diaz Corso, resaltando un diferencial que, para la empresa, es clave: “el uso de criptomonedas, en sí mismo, contribuye a reducir las emisiones y la contaminación ambiental, pero nosotros queremos ir incluso más allá: en nuestra plataforma HYT, los usuarios tienen la oportunidad de elegir y apoyar directamente varios proyectos a favor del medio ambiente, contribuyendo al fondo 7even for Earth”.
Hablando más en general, las criptomonedas tienen una serie de beneficios que son sin dudas los causantes de este entusiasmo creciente y cada vez más universal en la era post-covid. Numerosas ventajas que las distancian de las monedas tradicionales, principalmente en torno a las ideas de descentralización, practicidad y seguridad. “El hecho de que no estén controladas por bancos o gobiernos las protege de la inestabilidad de la geopolítica”, comenta Diaz Corso, destacando también que suman puntos por “la rapidez de uso, los bajos costos de transacción, o el no ser sensibles a la inflación, que es muy importante hoy en día. Y por supuesto, por la seguridad: si te roban la cartera con tu dinero, cualquiera puede gastarlo, y lo mismo pasa si te clonan la tarjeta de crédito; por el contrario, robarle a alguien la criptobilletera es prácticamente imposible”.
Desde HYT indican que el bitcoin, entre otras criptomonedas, se ha convertido en una especie de refugio donde los grandes inversores encuentran una manera de proteger su liquidez sin problemas, en un contexto en el que vemos como las finanzas se caracterizan por una extrema volatilidad. Pero no se trata de un juego reservado únicamente para profesionales del rubro o conocedores del ambiente. “El aumento de las posibilidades de uso de las criptomonedas ha permitido —y está permitiendo incluso a los pequeños ahorradores— adquirir cualquier tipo de servicio y de producto, ahorrando tiempo y dinero”, comenta Ivan Mauricio Diaz Corso asegurando también que, en los tiempos que se vienen, este proceso sin dudas se seguirá fortaleciendo. Y esto está claro en cómo este asunto se ha vuelto progresivamente, en los últimos tiempos, más global, popular y al alcance de tantos.
Esta es, justamente, una de las características principales de la aplicación: HYT está dirigida a todo el mundo y busca posicionarse como una herramienta de uso diario, operada en la cotidianidad por “gente común”. El único obstáculo es, aún, la desinformación: “Lamentablemente, el tabú y la ignorancia sobre el mundo de las criptomonedas todavía son muy grandes; después de todo, el escepticismo es una de las características dominantes del mundo moderno”, expresan.
