
Las puntas de ballet no son un calzado como cualquier otro. Cada detalle de las mismas ha sido especialmente diseñado para garantizar el rendimiento, comodidad y seguridad de las bailarinas.
Deben encontrarse en óptimas condiciones para cumplir con su función a la perfección, por lo que es importante conocer sus características y cuidados. ¡Repasemos los más importantes!
¿Cuáles son las principales características de las puntas de ballet?
Subir a puntas es un hecho anhelado por toda estudiante de ballet. Este momento llega cuando una bailarina alcanza un nivel técnico avanzado. Para entonces sus huesos y músculos ya se hallan bien formados, cuentan con fuerza y equilibrio y, no menos importante, la estudiante ha aprendido a cuidar correctamente de su cuerpo.
Las puntas de ballet son mucho más rígidas que las zapatillas de media punta, deben darle a la bailarina la estabilidad suficiente para poder sostenerse sobre las puntas de sus pies. Para ello presentan un refuerzo en la parte delantera, llamado caja.
Al momento de comprar un nuevo par, ciertos criterios deben ser valorados. El talle, el medio de sujeción y el tipo de suela, son esenciales. También es importante considerar cuál es el tipo de caja apropiado para la forma de tu pie. Las puntas pueden presentar caja cuadrada, caja cónica o caja estrecha.
¿De qué tipo de material se trata?
Las puntas de ballet desarrolladas por marcas especializadas como Bloch están confeccionadas a partir de materiales elásticos, cuya combinación permite la máxima articulación del pie y una conexión sin igual entre este y la zapatilla. Estos responden a altos estándares de calidad. Deben garantizar suavidad, sostén y resistencia.
El principal es el satén, un tipo de textura que se adhiere al pie como una segunda piel. Este se incorpora a la estructura de la zapatilla a partir de un método de pegado particular, que soporta condiciones de calor y humedad.
El modelo de suela dividida es de los más elegidos, permite un estiramiento máximo en el arco a medida que la bailarina se mueve de plano a punteado y no compromete el ajuste aerodinámico contra el pie.
Plataformas más altas y anchas facilitan la distribución del peso. Esto permite una propagación natural de los dedos de los pies, ayudando al equilibrio durante los giros. Las puntas también presentan un cordón elástico para brindar ajuste y sostén al pie y, asimismo, un agarre de cuero antideslizante en el talón.
Limpieza y cuidado para garantizar su durabilidad
Las puntas de ballet confeccionadas en satén deben lavarse suavemente y a mano, con agua fría y un jabón para prendas delicadas. No deben ser escurridas ni quedar expuestas al sol.
Su duración depende en gran medida del uso al que cada bailarina someta su par de zapatillas. No existe un momento determinado para sustituirlas, este está sujeto a las necesidades de la práctica, la frecuencia del entrenamiento y las exigencias de rendimiento.
Como mencionamos, para garantizar la ejecución adecuada de los movimientos y brindar el sostén necesario, estas deben encontrarse en óptimas condiciones. Antes marcados desgastes y roturas, un cambio es casi obligado. Lo mismo cuando notamos que han perdido rigidez o cedido demasiado.
En promedio, pueden tener una vida útil de uno o dos años, aunque, influirá mucho la frecuencia de uso. En el caso de las bailarinas profesionales, cuya exigencia diaria es de otras proporciones, esta vida útil podría reducirse a unas semanas o incluso a una sola función.
¿Estabas al tanto de estos cuidados? Seguí leyendo: ¿Qué diferencia a las puntas y medias puntas de ballet?