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Conozca las Tres campanas de la Iglesia San Ramón Nonato

Las reliquias guardan recuerdos imborrables de la Guerra del Chaco

Paraguay.-  Las tres campanas de la Iglesia San Ramón Nonato daban aviso a la llegada de bolivianos en la Guerra del Chaco. Son consideradas unas reliquias que guardan recuerdos imborrables. Actualmente es un lugar  muy visitado por propios y extraños.

Las campanas  se encuentran en Puerto Casado, Departamento de Alto Paraguay.  Las firmas se mantienen aún intactas.

Algunas versiones que surgieron de la época

Don Carlos Casado del Alisal era dueño de la extinta empresa que lleva su nombre. Al parecer, Casado otorgó un cheque al entonces párroco Livio Farinha.  Esto ocurrió después de terminar la edificación del templo en 1925.

El sacerdote viajó a Italia y consiguió las campanas junto con los altares. En la actualidad todo permanece en su estado original.

Las campanas fueron forjadas en una fundición denominada Barigozzi de Milán, Italia. El sello se puede observar aún en el metal. Cada una posee una inscripción como lema: «Dios, Patria, Trabajo».

Perpetuó a su familia a través del bronce

Casado del Alisal, conocido como el fundador del lugar, perpetuó a su familia a través del bronce. Esto fue posible debido a que  colocó los nombres de sus hijas en cada campana.

Las  inscripciones contenían primero “Casilda” con la frase «llama a los operarios para tu mies». Luego, “Margarita” con la descripción «Gloria, alabanza y honor a ti, Cristo Redentor». Finalmente, “Genara” con el escrito «Mi voz es voz divina y os llamo para la liturgia, venid».

Otras versiones de la época

Estas reliquias retumbaban en el pueblo durante la contienda chaqueña para dar algunos avisos. Uno de ellos era la cercanía de contingentes en barcos que atracaban el muelle “La Victoria”. A su vez avisaban la llegada y partida de trenes, y advertían el sobrevuelo por la zona de aviones bolivianos que llegaron a bombardear Puerto Casado.

El sacerdote salesiano Martín Rodríguez explicó que los soldados, entre estos militares de alto rango, visitaban la torre antes de partir hacia el campo de batalla. En la cúpula colocaban sus firmas con la fecha de partida al frente. Los que lograban sobrevivir regresaban para colocar la fecha de su llegada. Igualmente manifestó que,  hay escrituras que hasta ahora aún se conservan con el paso del tiempo; firmas de los combatientes grabadas en el bronce.

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